Leyeron bien, con "M".
Aaaaaaaaaaaaaaaah, qué rico.
Mi estómago se encuentra en Pátzcuaro, Michigan
y hoy me di un atole de zarzamora en jarrito.
Uuuuuffffff. Casi lloro de placer.
Era una taza de barro con líquido espeso color morado.
Tenía ese delicioso humo que te nutre de fruta la nariz,
cuando le soplas para debilitar su temperatura.
Algo tienen las quesadillas que saben rico en la neblina campiral.
Todo es tan rústico y casero que te entregarías en adopción
para comer como Huichilopoztli manda.
Yo creo que mañana me compro un machete.
Limpiaré esos campos que nos enverdecen los ojos con su reflejo,
y así escribir una nueva vida desde cero;
No me desagrada la idea de tener mostacho despoblado,
sombrero y zarape siempre y cuando el estómago estuviera cada día lleno
de frijolitos de olla y pulque recién fermentado.
Mañana empiezo. Cuiden sus comales.
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